¿Es
la invitación de un ángel o desde una visión que Jesús se reveló a Pablo?
Cuando Pablo se acercaba a Damasco con la misión de destruir a los cristianos, de
repente una luz brillante del cielo bajó sobre él y Dios se le apareció. “Pero cuando ya se encontraba
cerca de la ciudad de Damasco, una luz que venía del cielo brilló de repente a
su alrededor” (Hechos 9,3)
Del
estudio de la Biblia, observamos que la llamada al servicio está basada en
cuatro niveles: 1. Elección 2. Comunión 3. Formación 4. Evangelización
La
elección no fue al azar, pero estaba basada en lo que Jesucristo conoce de
manera especial en los que fueron invitados.
-La
comunión es una oportunidad para aprender a través de ella.
-Durante
su entrenamiento, los discípulos pasan un año entero en la comunión y en la
preparación para el servicio y cuando ellos volvieron del servicio; ellos contaron
sus historias para Jesús. Después de haber sido preparados en la formación para
el servicio, fueron testigos de la crucifixión, viviendo la Resurrección y
Pentecostés, por último, Jesús los envía a ir a toda las naciones y bautizar.
Por
lo tanto, debemos realizarnos con el Espíritu Santo y la gracia de Dios,
conocer sus palabras y examinar nuestra vida privada y pública para evangelizar.
1. La
etapa de la elección
“Después Jesús subió a
un cerro, y llamó a los que le pareció bien. Una vez reunidos, eligió de entre ellos a doce, para que
lo acompañaran y para mandarlos a anunciar el mensaje. A éstos les dio el
nombre de apóstoles, y les dio autoridad para expulsar a los demonios.”
(Marcos 3,13-15)
La
elección aquí fue con certeza y no fue una elección al azar. La elección se
construyó sobre lo que Jesús vio con sus ojos que examinan desde una especial
calificación en cada uno de ellos.
En
la historia de David para convertirse en rey, aunque los hermanos de David eran
más fuertes y más alto que él, Dios escogió a David. “Pero el Señor le dijo: «No te fijes en su apariencia ni en su elevada
estatura, pues yo lo he rechazado. No se trata de lo que el hombre ve; pues el
hombre se fija en las apariencias, pero yo me fijo en el corazón.»" (1
Samuel 16,7)
El
Señor no mira las cosas que el hombre mira. El hombre mira la apariencia
exterior, pero el Señor mira el corazón. Dios conoce el corazón de cada uno y
la preparación especial de cada uno.
Ejemplos
de preparación especial:
La Consagración
En Lucas 5, después
del milagro de la pesca abundante, Pedro y Juan dejaron todo lo que tenían
atrás y siguieron a Jesús a partir de ese día. También, un recaudador de
impuestos Leví, que estaba sentado en un puesto de la recaudación de impuestos,
dejó todo y siguió a Jesús después de escuchar a Jesús que le decía: "Ven
y sé uno de mis discípulos". “Jesús le dijo: —Sígueme” (Lucas 5,27b)
El celo sagrado (Celos apostólico)
Jesús vió el
celo en el corazón de Pedro y puede que algunas personas pueden considerar como
impulsivo o imprudente, pero Dios lo forma para la gloria del Reino.
El amor
Como el amor
que habita en el corazón de Juan. Aunque algunas personas se dieron cuenta de
que él es el hijo de ‘el trueno’, pero Dios lo convirtió en el discípulo del
amor.
El trasfondo religioso
Pablo tuvo una amplia base religiosa que lo preparó
para discutir con los judíos y para ganar a muchos de ellos por Cristo. En un
principio, Saúl usó su celo religioso contra los cristianos, pero entonces Dios
lo designó como instrumento elegido para predicar en la nación entera. Dios
moldea a su formación religiosa y su celo para ganar personas para el Reino.
Pablo se convirtió en ferviente predicador, y los judíos de Damasco no pueden
soportar sus pruebas de que Jesús era en verdad el Cristo.
2.
La etapa de Comunión
Dios invita a
los discípulos y los escogió para estar con él (Marcos 3,13).
“Después Jesús subió a
un cerro, y llamó a los que le pareció bien. Una vez reunidos, eligió de entre ellos a doce, para que
lo acompañaran y para mandarlos a anunciar el mensaje. A éstos les dio el
nombre de apóstoles, y les dio autoridad para expulsar a los demonios.”
(Marcos 3,13-15)
Así, para ser
discípulos de Dios debes seguir sus caminos, y compartirlo todos los días al
llevar nuestra cruz, a través de la comunión individual y colectiva en la
Iglesia.
Tiene que haber
relación privada con Dios todos los días a través de la oración, la lectura de
la biblia y al recibir la Santa Comunión, así como una comunión colectiva con
nuestros hermanos y hermanas, aprender con ellos y de ellos.
La comunión de
los discípulos con Jesús era una posibilidad para aprender de Él. Ellos
aprendieron cuando la muchedumbre se juntaba alrededor de él. Ellos vieron a
Jesús cuando estaba orando con lágrimas, riendo con la muchedumbre y en clases
con los niños. Ellos vieron como él tiene cuidado con cada persona
individualmente, como la visita a Zaqueo. Ellos aprendieron de Jesús cuando él
trató con la mujer que fue encontrada en adulterio. Ellos aprendieron de Jesús
como se comportó durante sus visitas. Ellos aprendieron de la práctica cuando
Jesús les envía y ellos volvieron alegremente diciendo que hasta los demonios
obedecen a ellos en Su nombre. Jesús los reprochó diciendo que ellos deberían
estar alegres porque sus nombres estén escritos en el libro de vida y no por
hacer milagros. Aquí, les ha enseñado que la alegría terrenal es perecedera y
que la verdadera alegría es eterna en el cielo.
Los discípulos
aprendieron de su Maestro por los sermones. Como en el sermón de la montaña y
por su relación individual con Jesús. Él les dijo muchas cosas que pertenecen
al reino de Dios. Ha enseñado a los discípulos el verdadero significado del
servicio, en su discusión con Jesús sobre quien es lo mayor entre ellos. Él les
enseñó que quienes quieran ser los primeros en el reino tiene que ser los
últimos sobre la vida terrenal.
Jesús trajo a
un niño entre ellos y les dijo que ellos tienen que parecerse a los pequeños
niños para entrar en el reino divino. Los pequeños niños son brillantes porque
ellos no recuerdan el pasado y ellos no se preocupan con el futuro. Ellos
tienen la capacidad para perdonar y olvidar.
3. La etapa de
la formación practica
“Entonces Jesús llamó a los doce y comenzó a
enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus
inmundos; y les ordenó que no llevaran nada para el camino, sino
sólo un bordón; ni pan, ni alforja, ni dinero en el cinto; sino calzados
con sandalias. “No lleven dos túnicas,” les dijo. Y
añadió: “Dondequiera que entren en una casa, quédense en ella hasta que
salgan de la población. En cualquier lugar que no los reciban ni los
escuchen, al salir de allí, sacúdanse el polvo de la planta de los pies en
testimonio contra ellos.” Saliendo los doce, predicaban que todos se
arrepintieran. También echaban fuera muchos demonios, y ungían con
aceite a muchos enfermos y los sanaban” (Marcos
6,7-13)
Esta etapa fue de aproximadamente un año después de
la preparación del servicio y la
comunión. Jesús comenzó a enviar a los discípulos de
dos en dos y se estableció los principios fundamentales para el trabajo espiritual
y el trabajo terrenal:
A- El
espíritu de unidad
Jesús los envía de dos en dos y se vuelven con un informe
breve a él. Jesús también les dio símbolos de un grupo para darse cuenta de que
somos un cuerpo y las diferentes partes que lo conforman. Cada uno de ellos
tiene sus propios dones. La personalidad de Pedro no es como la de Juan y,
Andrés también tiene su propia personalidad y sus dones. Nadie es mejor del
otro y cada uno es complemento del otro. Por lo tanto, Dios plantó el espíritu
de la unidad en ellos.
B- El
espíritu de fidelidad
“No se provean de oro, ni de plata, ni de cobre para llevar en sus cintos, ni de alforja para el camino, ni de dos
túnicas, ni de sandalias, ni de bordón; porque el obrero es digno de su sostén” (Mateo 10. 9)
Jesús los estaba entrenando prácticamente a depender
totalmente de Dios y tener fe en El.
C-El espíritu de sencillez
Jesús enseñó a sus discípulos a ser
simples en donde quedarse, en la que comen y en su vestimenta.
“Cuando
lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y
quédense en su casa hasta que se vayan de allí” (Mateo
10.11)
D-
El espíritu de la paz
"Al entrar en la casa, saluden a los que
viven en ella” (Mateo 10.12)
Los discípulos eran los discípulos del
rey de la paz.
E-
El espíritu de firmeza
Somos los hijos de Dios es así, somos personas
pacificadoras, Dios es nuestro defensor, y Dios nos da el espíritu de sabiduría
para el equilibrio entre la firmeza y la simplicidad.
"Y si no los reciben ni los quieren oír,
salgan de la casa o del pueblo y sacúdanse el polvo de los pies"
(Mateo 10.14)