sábado, 22 de agosto de 2015

Theotokos

Theotokos  es una palabra griega que significa Madre de Dios.
Esta es una palabra griega compuesta de dos sílabas: ' Theo 'que significa' Dios ', y' tokos'que significa " portador "; es decir, ' la que llevo a Dios en su seno ". 
  Este título fue dado a ella en el Tercer Concilio Ecuménico de Efeso en el año 431 dC . San Cirilo el Grande insistió en este título como respuesta a la herejía de Nestorio.

El nestorianismo o difisismo (del griego δύς, dys, 'dos', y φύσις, physis, 'naturaleza') es una doctrina religiosa que considera a Cristo radicalmente separado en dos naturalezas, una humana y una divina, completas ambas de modo tal que conforman dos entes independientes, dos personas unidas en Cristo, que es Dios y hombre al mismo tiempo, pero formado de dos personas distintas.
Ningún otro personaje del Nuevo o del Antiguo Testamento ha sido venerada como Santa María. Ella se ha colocado por encima de los querubines y los serafines, porque ella ha dicho a través del Espíritu Santo: "Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es su nombre!" (Lc 1, 48-49)
Ella es mayor que todos los santos celestiales y cualquier santo hombre o una mujer que haya vivido. No es que la Virgen Santa María haya destacado solo en su pueblo o en su región, o pensar que solo se destacó en esos tiempos, sino que Dios, el que es Señor del tiempo y de los años, encontró en ella a la sierva humilde que cargaría al Hijo de Dios en su seno, desde los inicios de la humanidad y la historia de la salvación y hasta nuestros días, ella fue la elegida.
Santa María es la mujer más grande que jamás haya existido. Fue elegida por el Padre para llevar Su Hijo unigénito, dio a luz al Salvador del mundo, y fue la primera persona en la historia en recibir a Cristo como su Salvador. En consecuencia, ella es nuestro modelo de obediencia y sumisión; de pureza y santidad; de la humildad y la realeza.

También creemos que la Virgen María es la siempre Virgen. Los Padres de la Iglesia se refieren repetidamente a la profecía de esto: " «Esta entrada quedará cerrada; no deberá abrirse. Nadie podrá entrar por ella, porque por ella ha entrado el Señor, el Dios de Israel. Así pues, quedará cerrada"(Ezequiel 44:2). La interpretación de los padres de la Iglesia es que María es el templo, Cristo es el Príncipe de la Paz, y la puerta es el vientre de María a través de la cual Cristo entró en el mundo.

En  la Iglesia copta se venera a la Virgen María, aunque la adoración pertenece sólo a Dios. Dios, los ángeles, y la humanidad veneran a Santa María.

Dios, a través del arcángel Gabriel; y Santa Isabel, declaró a su "Bendita tú entre las mujeres." (Lucas 1:28, 42). Santa María misma declara, "de ahora en adelante todas las generaciones me llamarán bienaventurada." (Lucas 1:48).
Por esto, nuestra iglesia cumple este mandamiento y el ejemplo, ofreciendo la voz de alabanzas e himnos dulces a nuestra Señora, la Virgen María.
Cada una de las temporadas de ayuno en la Iglesia tiene su propósito. Se nos invita a reflexionar y actuar por nuestra salvación al considerar e imitar a aquellos que han experimentado la vida en Cristo antes que nosotros. Antes de ayuno de la Virgen Santa María, hemos mantenido el ayuno y la fiesta de los Apóstoles, tratando de prepararnos por el esfuerzo espiritual para nuestra propia participación en la misión de la Iglesia al mundo.
Este tiempo del ayuno de la Virgen María, la Madre de Dios, tratamos de beneficiarse de un período prolongado de concentración, de oración en su vida y experiencia.
Ella es el ejemplo, sobre todo, de la vida cristiana vivida en plenitud.
Cada vez que la vemos en las Escrituras aprendemos un poco más acerca de cómo también estamos llamados a vivir.


Con confianza podemos pedir a ella la intercesión, así como intervino en el milagro de Caná, el primer milagro, para que podamos alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amen.

viernes, 19 de junio de 2015

DOMINGO DE TOMAS

Paramoude 11,1931-Juan 20.19-31

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, un solo Dios. Amén.
Hermanos y hermanas, hoy tenemos el primer domingo después de la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, estamos en el tiempo que se llama de los 50 días, y que finaliza en la fiesta de Pentecostés, que es la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles y Nuestra Madre la Virgen Santísima María. Y  a los 40 días festejamos la fiesta de la Ascensión de Nuestro Señor Jesucristo al cielo.
Estos 50 días estamos de fiesta celebrando la Resurrección de Nuestro Señor, todos los días, como si fuera el mismo Domingo de la Pascua, los cantos de la Divina Liturgia son más solemnes pero a la vez son más alegres y festivos, también en este tiempo no hay ayuno.
Hoy tenemos el Domingo que se llama Domingo de Tomas, por eso Juan en el evangelio nos narra hoy cómo reacciona el Apóstol Tomas ante la aparición de Jesucristo resucitado.
Jesucristo apareció muchas veces después de la Resurrección mostrándose a muchas personas y realizando también señales milagrosas.
En el mismo día de la Resurrección, en la tarde, cuando estaban los 10 apóstoles reunidos en el aposento alto, en el cenáculo donde celebraron la Ultima Cena, Jesucristo se les apareció, a pesar que ellos estaban encerrados, escondidos con temor a los judíos, y también todavía no entendían lo que había pasado con su Maestro, aunque recordaban lo que decía la escritura, todavía ellos no entendían que se estaba cumpliendo las promesas de la Salvación.
Cuando Pedro y Juan también fueron al sepulcro necesitaron ver la tumba vacía para despejar sus dudas, después que Jesucristo ya se había aparecido a María Magdalena.
Cuando Jesucristo se apareció en el cenáculo, no estaba el Apóstol Tomas, entonces al enterarse por los otros apóstoles que el Señor había estado con ellos, a Tomas le vino la incredulidad, la negación y la poca fe, empezó a pedir pruebas, aunque eran diez los que daban testimonio, y no eran 10 personas cualquiera, eran sus hermanos, con quienes había compartido de cerca una relación personal con el Señor.
Tomas es una representación de muchas personas que se concentran en las preocupaciones mundanas y materiales, y no creen en nada, a menos que vean, sientan y escuchen, por eso Jesucristo hasta antes de la Ascensión se mostró muchas veces para alentar y fortalecer la fe de las personas, para consolar y para edificar en ellos.
Jesucristo no se niega a mostrarse, a volver a compartir con sus hermanos los Apóstoles, a pesar que ellos habían huido, negado y también se habían escondido en el momento de la Pasión. Sabemos que Tomas era uno de los apóstoles que acompaño a Jesucristo, aun sabiendo que corría peligro de parte de los enemigos del Señor, así nos dice la biblia en Juan 11.8, cuando se dirigían a Betania, también se muestra su apego al Maestro cuando responde: -Señor, no sabemos a dónde vamos. Como vamos a saber el camino? (Jn 14.5), esto muestra como Tomas amaba al Señor pero era muy lento para creer, tal vez todavía triste y abrumado por todo lo que había pasado en la Pasión hasta la muerte en la crucifixión, necesitó ver para creer, pero también es muy importante como responde aceptando y reconociendo al Señor Resucitado, dice: -Mi Señor y mi Dios- (Jn 20.28)
La iglesia celebra este día, el domingo de Tomas, porque es un día en el que la Resurrección se confirma claramente, este evento ayuda a conocer la importancia de creer sin ver, al principio sabemos que incluso los discípulos pensaban que Jesucristo solo era un fantasma o una aparición ó espíritu, pero El mostro que en realidad su cuerpo también fue glorificado en la Resurrección, Jesucristo resucito en cuerpo y alma, por eso en la tumba no hay un cadáver, solo quedó el sudario y las vendas con que envolvieron al cuerpo, y fue tan glorioso que estas no fueron forzadas o rotas, sino que las encontraron enrolladas y puestas aparte.
Oremos para que podamos ser contados entre aquellos que " no han visto y han creído", y que la bendición de la Santa Pascua este con nosotros. Amén.